La premisa por sΓ sola es suficiente para provocar escalofrΓos en la columna vertebral de cualquier aficionado al terror que se precie. Jason Voorhees, el gigante con machete de la franquicia “Viernes 13”, y Michael Myers, la implacable encarnaciΓ³n del mal puro de la serie “Halloween”, se preparan para enfrentarse en una batalla de los hombres del saco que pondrΓ‘ a prueba los lΓmites de la supervivencia humana.
El avance comienza con una imagen familiar: la mΓ‘scara inquietante e inexpresiva de Michael Myers, su presencia ominosa que se cierne sobre su presa a travΓ©s de las sombras. De repente, la pantalla se divide y somos transportados al infame Camp Crystal Lake, donde la inconfundible figura de Jason Voorhees emerge de las turbias aguas, su icΓ³nica mΓ‘scara de hockey brillando siniestramente a la luz de la luna.
Lo que sigue es una secuencia trepidante de asesinatos espeluznantes, sobresaltos escalofriantes y una sensaciΓ³n creciente de pavor a medida que los dos titanes del terror convergen en un pueblo pequeΓ±o y desprevenido.